Robo de combustible en México; problemas para las flotas

El robo de combustible y uso ineficiente del mismo en las flotas empresariales son problemas que afectan negativamente el rendimiento y la rentabilidad de las empresas mexicanas. Además, el alto costo de la gasolina y el diésel ha provocado que algunas empresas adopten prácticas inadecuadas que afectan la rentabilidad y función de sus flotas.

En México el robo de combustible es un delito, y datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indican que representa una pérdida económica de más de 3 billones de pesos anuales. Esta pérdida es equivalente al 1% del PIB del país. Este robo de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), conocido como huachicoleo, lleva por consecuencia el aumento de precio de gasolina para los usuarios, debido a que Pemex y otros transportistas de petróleo tienen que trasladar estas pérdidas a las tarifas. Bloomberg estimó que, de enero a junio de 2021, PEMEX perdió 2,900 millones de pesos mexicanos por robo de gasolina y gas licuado.

De enero a junio del 2023 las tomas clandestinas a ductos de Pemex para el robo de gas LP crecieron 65% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Este es un problema que además vincula al crimen organizado y a las comunidades aledañas a los ductos, que ha derivado en un mercado ilegal que se ha vuelto muy complicado de controlar. El gobierno mexicano ha tratado de implementar estrategias, como el cierre de válvulas que abastecen los oleoductos, para evitar que los huachicoleros extrajeran la gasolina, pero con esto interrumpió el suministro del combustible a diversos estados del país, lo que provocó grandes pérdidas a las empresas transportistas, de abasto de alimentos y fabricantes de autos.

Mapa de la red de oleductos en México

Otra forma de robo de gasolina es la ordeña de Diesel a los vehículos por parte de conductores. Muchos choferes ordeñan sus propios camiones al orillarse en lugares estratégicos en las autopistas, lo venden allí y compran producto de baja calidad ordeñado de precio más bajo para reemplazar el faltante. Se calcula que en México el consumo de Diesel es de 385 mil barriles diarios; de los cuales, aproximadamente 128 mil provienen de una fuente clandestina.

Esta mala práctica representa un doble daño para las empresas: además de la económica en la compra de combustible no utilizado (y vendido clandestinamente), también existen las pérdidas provocadas por el daño causado a los inyectores al utilizar combustible de baja calidad.

Una primera indicación del robo se puede observar al verificar los registros de combustible, observando si las cifras son demasiado altas o bajas para el kilometraje asociado. Otra forma en la que se puede detectar el robo es asegurándose de que todos los vehículos tengan el mismo nivel inicial de combustible antes de salir ha recorrido y comparando al finalizar el mismo, ya que si hay diferencias significativas entre ambos datos es claro indicio de que parte del combustible fue robado por alguno miembro externo a la flota.

Detectar el robo y gasto innecesario de combustible en una flota empresarial puede ser una tarea complicada que requiere de varias medidas de precaución, tecnología y procesos adicionales. Además, se recomienda implementar protocolos y sistemas controlados tales como el uso obligatorio de llaves maestras para tanques con candados, sistemas GPS, sensores de combustible y telemática avanzados e información sobre el comportamiento anómalo a lo largo del trayecto; estos últimos permitirían detectar paradas irregulares que suelen preceder al robo.

De esta manera, un monitoreo constante y adecuadamente documentado ayudará a minimizar y prevenir los robos incluso antes de que ocurra.

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Juan Pablo
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